🎲 ASI NACIO MI HISTORIA

MARTIN  🎲

Todo comienza en el año 2009.
En esa fecha nació un hombre muy amable e inteligente, y desde ese día, empieza mi vida.

Nací el 26 de octubre de 2009.
Mis papás dicen que nací en la noche...
pero la verdad, casi no les creo,
porque siempre me ha gustado más el día,
y el sol, cuando alumbra mis ojos cada mañana,
dándonos ese calor que necesitamos para subsistir.


¿Qué seríamos sin él?

El embarazo de mi mamá conmigo fue un poco duro para ella.
Un bebé normalmente nace a los 9 meses...
pero, como siempre me ha identificado ser acelerado,
nací a los 8 meses. La verdad es que mi mama siempre ha sido bastante importante para mi .



Eso quiere decir que nací prematuro.

Estuve en incubadora, en la clínica Teletón de Chía, Cundinamarca.
Ahí estuve un buen tiempo,
mientras mis órganos y todo lo demás se terminaban de desarrollar correctamente.

Después de un tiempo, me dieron el alta,
y mis papás se pusieron muy contentos.

Así comenzó mi vida.

Vivíamos en Chía,
pero luego nos mudamos a Sopó, Cundinamarca,
a unos pocos kilómetros de allí. Con mis hermanos siendo sincero tuve una infancia muy divertida ya que mis hermanos mayores me cuidaban y jugábamos demasiado



Desde que tengo memoria, vivíamos en una casa muy bonita,

rodeada de zonas verdes...
y varias mascotas.

Recuerdo que, cuando entré por primera vez a un jardín,
este se llamaba "A, E, I, O, T, U".
En ese tiempo tenía 5 años.




Las profesoras eran muy amables y cariñosas conmigo.

Nos daban muy buen refrigerio,
y tenía bastantes compañeros para jugar.

Mi papá me recogía siempre en bicicleta,
y siempre que lo veía a la salida,
se me iluminaban los ojos de alegría. mi papa también ha sido muy importante en mi vida ya que ha sido esa mano dura en mi crecimiento y desarrollo.



Le daba un abrazo fuerte...

y nos decíamos lo mucho que nos queríamos.

Además de todo eso…
¡me encanta moverme!

Me gustan muchísimo los deportes,
y soy una persona muy enérgica.
Siempre estoy buscando qué hacer,
porque estar quieto no es lo mío.

Durante un tiempo, practiqué fútbol,
y la verdad... ¡me encantaba!
Me sentía feliz corriendo detrás del balón,
jugando con mis amigos,
y aprendiendo nuevas jugadas.






Pero bueno…

no todo dura para siempre.

Tuve que dejar el fútbol cuando entré al colegio,
porque el tiempo se volvió muy corto,
y yo soy de los que piensa que,
si me voy a dedicar a un deporte,
quiero hacerlo bien,
con todo el tiempo y la disciplina que se necesita.

Así que por ahora,
el fútbol quedó en pausa…
pero mi energía sigue intacta.


también me llevo muy bien con mi hermano.
Desde siempre hemos conectado súper bien,
porque tenemos casi la misma edad,
así que es como tener un mejor amigo en casa.

Obviamente, a veces discutimos —como todos los hermanos—,
pero nada del otro mundo.

La verdad, siempre me he divertido muchísimo con él,
y más de una vez…
nos hemos cubierto las travesuras mutuamente.

emanuel y yo



La pandemia, la verdad, la viví bastante bien.
En ese tiempo ya vivía aquí, en Madrid, Cundinamarca,
aunque en otra casa, un poco más pequeña.

Como no podíamos salir,
y estábamos prácticamente encerrados,
mi familia y yo empezamos a vender mantecadas y yogures a domicilio,
para tener un ingreso extra.

Gracias a eso, aprendí muchas cosas…
no solo sobre ayudar en casa,
sino también sobre el valor del trabajo en equipo,
y cómo siempre se puede salir adelante, incluso en los momentos difíciles.










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